A veces por determinadas circunstancias, pensamos que ya no vale la pena seguir peleando. ¿Pero no sería demasiado fácil darnos por vencidos tan pronto? Estamos a mitad de camino, y aunque no sea un camino precisamente de rosas, todavía nos movemos por un terreno llano. Llegará el día en que todo será más complicado y los problemas que tenemos actualmente nos parecerán tonterías. Por eso, pienso, y sé, que valdrá la pena, y que el día de mañana nos alegraremos de no haber abandonado la maratón, pudiendo entonces presumir de ser corredores profesionales. Fuerza, Ánimo, Constancia,... ojalá se conviertan en palabras presentes en nuestra vida.
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