martes, 18 de noviembre de 2014
martes, 27 de mayo de 2014
sábado, 5 de abril de 2014
Reflexión sobre la humanidad.
De pequeños nuestra mayor preocupación es jugar y
entretenernos, sin darnos cuenta, vamos aprendiendo de todo lo que nos rodea,
principalmente de nuestra familia. En esos primeros años no podemos distinguir
los conceptos de familia o sociedad, pero vamos procesando la información que
recibimos de los ejemplos que observamos alrededor, sea directa o
indirectamente y es así que en nuestra infancia no nos damos cuenta de lo que
está pasando, pero crecemos, aprendemos a vivir. Poco a poco, a medida que se
desarrolla nuestra mente, la conciencia que nos da la misma, nos hace darnos
cuenta de que somos seres humanos, de que podemos pensar, entender y analizar,
es decir somos conscientes de que somos conscientes. Nuestra razón nos permite
darle una lógica a las cosas, recibimos la información que proviene de nuestro
mundo circundante para luego procesarla en nuestro cerebro y de esa manera
comprender los procesos y mecanismos en
función de las cosas. Es así como entonces percibimos que todos nuestros actos
tienen una consecuencia.
Miles de años de existencia del hombre han permitido su
desarrollo y el desarrollo del mundo que nos rodea a medida que fue
interactuando con él y con otros seres, pero el hombre no ha dejado jamás de
ser un animal a pesar de sus características distintivas que tanto lo separan
de otras especies. Como humanos creamos sociedades llenas de mecanismos, conceptos,
símbolos, … todos procesos de función de comunicación que nuestras mentes
pudieron concebir hasta hacerlo realidad. El hombre convirtió lo inmaterial en
material, transformó sus pensamientos e ideas en algo concreto, tangible, que a
su vez da lugar a otras ideas, y así sucesivamente la cadena de la creación. El
hombre habla de Dios como el creador, pero, ¿acaso el hombre no crea constantemente
su propio mundo?, ¿acaso el hombre con sus actos no crea su propia vida?, ¿Por
qué atribuir a Dios esa magia creadora si el hombre mismo, al menos desde hace
miles de años, es el que ha estado sobre esta tierra creando y destruyendo cada
minuto transcurrido, ¿acaso el hombre teme su propio poder de creación, o es
que le asusta hacerse cargo de las consecuencias? Con esto no niego a Dios,
pero reconozco la cobardía del hombre porque somos seres a los que nos cuenta
recordar que segundo a segundo, creamos nuestra realidad, condicionamos nuestro
mundo y porque siendo conscientes e irresponsables con nuestros actos,
podríamos ver más allá de la realidad impuesta, para percibir una posibilidad
latente de verdadera liberación.
No planteo la religión como algo malo, todo lo contrario, es
necesario para el ser humano, pero, ¿por qué no recordar que la Iglesia
cristiana fue la que causó tantas muertes y atrocidades a través de los siglos?.
Todos sabemos que es así, sabemos de las cuestiones incoherentes cometidas por
la Iglesia, siempre en nombre de Dios. Así es como una vez más crea algo para
luego volcarlo a la destrucción para entonces dejar de ser un ser racional, porque
francamente ciertas cosas, no tienen razón alguna o sus razones están basadas
en fundamentos incoherentes. Claro está que las mayorías siempre son las que
por cuestión matemática generan más peso. Volvamos al tema de la religión como
creación del hombre. La humanidad crea religiones, endiosa a otros seres, los
venera, los posiciona por encima del resto, les atribuye poderes, virtudes, que
van más allá de cualquier explicación más que de la propia fe y no hay nada de
malo en la fe. Pero, ¿por qué venerar hacia lo alto si al nivel del suelo
siempre ha existido también tanta belleza y bondad? Claro que hay destrucción,
enfermedad y muerte pero, ¿no fue producto del hombre la mayoría de todo eso?
Mirar hacia otro lado sería como rechazarnos a nosotros mismos y poner la vista
en otra cosa. Será muy útil para mantener la fe, pero no es la manera de
solucionarlo, ¿y si adorásemos a la Tierra como los antiguos aborígenes? a las plantas, a los demás animales también,
¿acaso no somos todos seres de este mundo? A los creyentes les digo, ¿no nos
creó a todos un mismo Dios? Por ende estamos todos en igualdad, pero el hombre
olvida esto. Continuamente se pone por encima de otros como si fuese superior a
ellos. Si, los aborígenes ignoraban muchas cosas en aquel entonces, vivían con
precariedad y al no conocer explicaciones, veneraban a la naturaleza, su Dios.
No sería justo comparar ese entonces con las sociedades avanzadas, o no, de hoy
en día. Pero, ¿de que le sirvió al hombre el supuesto avance, el supuesto
desarrollo de su mente y sus modernas invenciones? No nos hagamos los locos, y
reconozcamos la situación. Las sociedades más avanzadas arrasaron con las demás
e impusieron su forma de vida, no coexistieron, impusieron, como es
característico del hombre. Claro que hubo una especie de mutuo aprendizaje y
cruce de ideas y costumbres pero siempre prevaleció lo que impuso el que en ese
momento tenía el poder, como sigue pasando en la actualidad.
Desde que la humanidad conoció el poder del dinero, vio
transformada su realidad de una manera atroz, no hablo de los valores en
general, que por supuesto se tambalearon, hablo del valor moneda. Dinero y
tiempo se cogieron de la mano y hasta entonces no se han soltado.
En el S.XIX, un filósofo alemán, Nietzsche,
apostó por el hombre, pero por el hombre como unión de mente y animal, sin
rechazar aquellos instintos que siempre
había estado tachando de perversos la sociedad occidental dela época. Y es que,
no podría estar más de acuerdo con una de sus ideas principales, con la del
superhombre. Todos podemos ser superhombres, sin excepción, pero para alcanzar
nuestro objetivo es necesario que rompamos con los valores impuestos, con todos
los hilos que nos atan y enredan para dejar paso a nuestra propia libertad y
concedernos el ser nuestros propios creadores de valores, y así distinguirnos
del resto del rebaño, al que no importa hacia donde los estén guiando con tal
de desentenderse de la responsabilidad que supone tomar sus propias decisiones.
Abramos los ojos por un momento para, al menos conseguir zafarnos del camino de
la locura e intentar reconducir la situación de modo que no acabemos todos peor
de lo que empezó la humanidad, con la ley de la supervivencia como bandera.
jueves, 3 de abril de 2014
sábado, 15 de febrero de 2014
sábado, 8 de febrero de 2014
Con el corazón en la mano, Chris Cleave, tema, resumen breve...
Con el corazón en la mano
Presentación del autor:
Chris Cleave nació en Londres, Inglaterra en 1973 Él estudió psicología en Balliol, Oxford. Actualmente vive en Inglaterra junto a su mujer francesa y sus tres hijos .Chris Cleave es conocido sobre todo por su segunda novela, Con el corazón en la mano, obra que logró un gran éxito de crítica en el mercado anglosajón.Cleave fue nominado al Premio Costa en 2008 y su obra ha sido publicada en más de diez países.
Resumen breve del libro:
Presentación del autor:
Chris Cleave nació en Londres, Inglaterra en 1973 Él estudió psicología en Balliol, Oxford. Actualmente vive en Inglaterra junto a su mujer francesa y sus tres hijos .Chris Cleave es conocido sobre todo por su segunda novela, Con el corazón en la mano, obra que logró un gran éxito de crítica en el mercado anglosajón.Cleave fue nominado al Premio Costa en 2008 y su obra ha sido publicada en más de diez países.
Resumen breve del libro:
Lo que comienza como un viaje de placer para Sarah y Andrew, termina siendo una terrible experiencia que los dejará marcados de por vida. Allí conocen a Little Bee y a su hermana, que huyen de unos hombres. Sarah le salva la vida a Little Bee en aquella playa cotándose uno de sus dedos, pero con el paso del tiempo, será Little Bee la que salve a Sarah entregando su propia vida, que tras varios años, se encuentra perdida, en una situación muy difícil, teniéndose que enfrentar a la inesperada muerte de su marido. La relación que se establecerá entre las dos mujeres será única, digna de admiración y demostrará que el corazón prevalece por encima de todas las cosas.
Tema del libro:
La superación humana y su capacidad de renacer y enfrentarse a cuántas pruebas se le presenten.
Intencionalidad del autor:
El autor intenta reflejar la situación tan precaria en la que se encuentran infinidad de personas pertenecientes a esos "paises en vias de desarrollo" Nos muestra una realidad tan cruda, que es inevitable emocionarse al contemplar la fuerza que tiene una niña, que arrastra un horrible pasado y huye de un futuro no muy distinto.
Conclusión:
Este es un libro que no deja indiferente. Sus personajes son sencillamente fantásticos, como el hijo de Sarah "Bat-man" y cada uno de ellos da al lector valiosas lecciones, por eso creo que me ha gustado tantísimo, porque aparte de emocionar también te deja muchos temas en los que pensar y te hace darte cuenta de que hay que apreciar todo lo que tenemos y ser felices, pues muchas personas en peores circunstancias consiguen serlo.
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