Todo empezó con una mirada. Lo cambió todo. Puso su mundo patas arriba. Ya no estaba segura de aquellas cosas sobre las que presumía estarlo. Una sola mirada. Qué estupidez. Era estúpido, pero era verdad, tan cierto como que sus piernas temblaban cuando estaba cerca. Que sonrisa tenía. Con tan sólo mirarla se contagiaba a su rostro. Un cuento. Exactamente igual que un cuento. Alguien tuvo que advertirle de que los cuentos y sus finales felices de "y comieron perdices..." nunca suceden en el mundo real, de que nada es tan fácil como pensaba. Y que tarde o temprano, perdería la sonrisa, las mariposas de su estómago volarían, y ya no habría más miradas entrelazas...
martes, 22 de mayo de 2012
miércoles, 2 de mayo de 2012
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